
¿Y qué hacemos?
Pues intentamos que todo sea como antes e incluso llegamos al punto de ir a pedir perdón por si has hecho algo que no debías.
A veces piensa en todo aquello que has hecho junto a esa persona, ves fotos y añoras esos momentos que sabes que no volverán a pasar, palabras, gestos, abrazos que no volverán a ocurrir.
Te planteas qué le habrá molestado, qué le habrá ocurrido, ¿Estará pasando por un mal momento? o simplemente nunca mostró como realmente era.
Entonces ves como a veces es el mismo contigo y otras en cambio es como si no te conociera.
Hasta que te cansas, te cansas de ser siempre la que tienes que tirar del carro, la que siempre tiene que ir detrás suya como una tonta y ¿todo para qué? para darte cuenta que hace tiempo que murió lo que tu querías seguir manteniendo vivo y ver que ya, que ya no queda nada.
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