viernes, 17 de diciembre de 2010


Desde que pienso en ti ya no tengo miedo, sigo siendo una joven sin bandera, pero ahora noto cómo el viento podría algún día moverla, sí, la bandera con ninguna barra y muchas estrellas, todo blanco sobre negro.
Ese miedo siempre me quitaba lo que nunca llegaba a tocar, corría y corría, rápido, tanto que siempre tenía que esperar a la nada que perdida buscaba a su madre, la soledad.
Sé que solo hay una promesa, espero que no llegue a fallar y si pasara, allí arriba, sí; mira en el infinito al lado de la luna...
Siempre te quedarás ahí.

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