jueves, 25 de noviembre de 2010


Una tarde de otoño, con los colores típicos de la estación. Paseando por el parque contigo, de la mano. Gritos y algún lloro de niños a lo lejos. Pero para mí, ahora solo existes tú. Pienso en cómo pudiste fijarte en mí. La verdad, no es que sea muy guapa, al revés, nunca me he considerado precisamente eso. Siempre creí que te atraerían otro tipo de chicas pero no, justo te fuiste a fijar en mí. Tambien pienso en todas las tardes a tu lado, en todos los momentos vividos juntos, en todos nuestros besos...tus besos. Siempre se me hacen cortas las tardes a tu lado, cada momento es diferente. Ahora me pregunto como podría vivir yo sin tí, si de verdad merecería la pena vivir sin tus besos, sin tus caricias, sin tus palabras susurradas al oido, sin tu amor...ese amor que solo tú sabes darme. Sin darme cuenta nos hemos parado. Te pones enfrente mío y me preguntas:
-¿Qué es lo que piensas?
-En tí...en nosotros.
Por un momento te quedas pensando y me dices:
-Lo quieras dejar. Te has cansado de mí ¿no? es por eso. Ya no sientes lo mismo que antes pero no sabes como decirmelo sin hacerme daño. No sé que voy a hacer sin tí, de verdad...
-No, en realidad estaba pensando en que quiero tener una vida a tu lado para siempre.
-Entonces...tengo guardado algo para tí desde hace algún tiempo-. Saca una pequeña cajita del bolsillo de la chaqueta y me la da.- ¿Quieres casarte conmigo?
-Pues que claro que si.
Le abrazo y nos besamos. Ahora me espera el resto de mi vida a su lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario